Después de la denuncia realizada por tres de las mujeres que trabajaron para el empresario cajiqueño Jorge Alberto Villalobos Herrera, muchas personas se preguntan quién es él realmente, pues hay otras denuncias sobre malos negocios y demandas derivadas de su ejercicio profesional como administrador de ‘El Gran San’, una iniciativa que aglutinó hace varios años a muchos de los comerciantes informales del sector de San Victorino.
En entrevistas concedidas a medios locales, Villalobos reconoce que es oriundo de Cajicá (Cundinamarca). Afirma que viene de una familia numerosa y humilde, en la que la escasez fue mucha. Dice que es publicista de pregrado, pero que ha hecho un posgrado de formación gerencial, administración financiera y gerencia logística.
Villalobos declara que fue uno de los líderes comunitarios que impulsó la transformación del centro de Bogotá. En 1997 recibió el Premio Portafolio como Mejor Administrador. También recibió el premio Amor por Bogotá en 2010, entregado por la Alcaldía Mayor de Bogotá, por su aporte a la economía local en su trabajo como fundador de ‘El Gran Madrugón’, una de las formas más organizadas en que se ordenó el comercio informal de textiles y confecciones en San Victorino.
Dijo que es casado, que adora a su mujer, pero que no pudo ser bendecido con hijos. Por eso se ha dedicado a cuidar de los animales sin techo y afirmó que ha hecho varias campañas para darles techo, abrigo y comida a perros y gatos que encuentra abandonados en las calles de Bogotá y Cajicá.
Toda esta imagen contrasta con las denuncias que se han hecho públicas en los últimos días en las que se le señala de haber acosado y abusado sexualmente de 17 mujeres que trabajaron para él en el restaurante ‘Trankilo’, del cual es accionista. Debido a estos señalamientos han aparecido más víctimas.
Otra mujer acosada
Es el caso de la abogada Lady Mariana Sterling, natural del departamento del Huila, quien acusa a Villalobos de haberla acosado laboral y sexualmente cuando ella trabajaba en el centro comercial Sabana Plaza, ubicado en la localidad de Los Mártires, en Bogotá.
Hace siete años, en abril de 2014, Mariana Sterling trabajaba como asesora jurídica del centro comercial; es cuando llega Jorge Villalobos como administrador. Sterling recuerda ese momento: “El primer acercamiento con él ocurrió en mi cumpleaños, a finales de abril. El señor Jorge me invitó a almorzar en un lujoso restaurante de la calle 93, cosa que en su momento no me pareció extraña, pues era mi jefe directo”.
Lo extraño vino más adelante, cuando la amabilidad cambió para transformarse en acoso. La abogada sostiene que Villalobos empezó a llevarle regalos, a preguntarle si tenía novio y a averiguarle por su vida sexual. Eso la hizo sentir muy incómoda.
Luego vino el maltrato y los insultos en el lugar de trabajo. Según Sterling esa era una manera de bajarle la autoestima para poderla manipular. “Intentó vulnerarme con mi condición de mujer separada. Me decía que seguramente me habían dejado por ser mala en la intimidad. Es un tipo maquiavélico, que busca el talón de Aquiles de las personas para poder someterlas y manipularlas”, recuerda la abogada. Ella interpuso las quejas en su oficina, pero no tuvo ningún respaldo ni se abrió investigación alguna.
La asesora jurídica decidió mantenerse en silencio debido a que nadie le escuchaba. Además, algunos allegados a Villalobos le informaron que era un tipo muy peligroso que tenía amistades entre los delincuentes del centro, los cuales la podrían lastimar.
En vista que Sterling no cedió a las pretensiones sexuales de Villalobos, éste procedió a tratarla mal en el trabajo delante de quienes estuvieran en las oficinas del centro comercial. “Desde el episodio del restaurante se transformó en una persona tosca y grosera conmigo en público, pero cuando se acercaba a mi mamá, que era la tesorera del centro comercial, le decía: ‘A mí me gusta mucho Mariana y yo sé que un día me voy a casar con ella’. Eso lo hacía a pesar de ser un tipo ya casado y de ufanarse de su relación todo el tiempo”, relata la abogada.
Al no obtener los favores sexuales de su empleada, Villalobos optó por no renovarle el contrato y demorarle el pago de sus honorarios. “El 16 de abril de 2015 yo fui a su oficina para que me firmara la renovación de mi contrato de prestación de servicios. Me trató de manera displicente y me dijo que estaba en una reunión y que más tarde me lo firmaba. Lo que sucedió es que nunca firmó el contrato y terminé trabajando varios meses sin paga”, cuenta Mariana Sterling.
Ahora queda esperar que las autoridades policivas y de investigación hagan caso de las denuncias que están comenzando a aparecer sobre Jorge Villalobos Herrera. EL NIDO DEL CÓNDOR intentó obtener la versión del publicista, pero no ha sido posible contactarlo por ningún medio hasta la fecha.