Claudia Ventura, líder comunitaria de Cundinamarca, comenzó el pasado 20 de febrero una huelga de hambre en inmediaciones del peaje de El Amoladero, ubicado en la vía que une a Guasca con Gachetá. Ese es uno de los peajes que ha puesto en funcionamiento la Gobernación para financiar su Plan 500 para el mejoramiento de vías en el departamento.
Ella es una habitante más de la región que se ve afectada negativamente, como muchos habitantes de la zona, por la construcción de un peaje en un sitio que dificulta el desplazamiento de los ciudadanos y la entrada y salida de productos agropecuarios. “Reitero el llamado a la Gobernación para que se siente a hablar con la comunidad con el fin de concertar algo, pues esto es algo que nos afecta a todos”, expresa la líder ciudadana.
Ventura señala que es injusto que sea la comunidad la que tenga que sostener el arreglo y mantenimiento de la vía, cuando una empresa como Paz del Río, que se enriquece con los recursos del Guavio, no hace nada por encargarse del mejoramiento de las vías, de las cuáles son permanentes usuarios para sacar el producto de sus plantas.
También fue muy crítica en señalar cómo hay tantos peajes en una misma provincia. “Según dice una norma, no puede haber un peaje a menos de 100 kilómetros uno del otro; tenemos uno en Sopó y otro en La Calera, es un total abuso lo que está pasando”, afirma Ventura en uno de sus videos de protesta que publica en su página de Facebook.
Claudia Ventura aprovechó también para enviarle un mensaje al gobernador Nicolás García: “Así como el gobernador de Cundinamarca se tomó el tiempo de venir a buscar los votos, esperamos que también saque el tiempo para atender el requerimiento ciudadano”, señala la manifestante, insistiendo en que no se moverá de su sitio de protesta hasta tanto el gobernador García no se acerque al lugar para dialogar con la comunidad.
