Hoy 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas, fecha creada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Es por eso que en su página, la ONU explica que la creación de este día es “para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible”.
El objetivo principal es proteger a las abejas y a otros polinizadores para que puedan contribuir de forma significativa a resolver los problemas relacionados con el suministro de alimentos en el mundo y acabar con el hambre en los países en desarrollo.
Más de un tercio de la alimentación humana depende de la polinización (transporte de polen) por insectos; entre estos, las abejas producen la mayoría de la polinización en la naturaleza. Se estima que una sola abeja en un día, puede visitar al menos 10.000 flores.

El cuidado de las abejas es un tema prioritario en la línea de defensa del medio ambiente. Así lo entiende el apicultor José Pinilla, quien con esmero ha venido salvando enjambres de abejas encalladas en los rincones de casas abandonadas, en las oquedades de los árboles y en otros lugares impensados en diferentes veredas de Tenjo, Cundinamarca. Este protector de las abejas ha adecuado lugares específicos en los cuales las comunidades de abejas se multiplican en beneficio de los cultivos de la región y de otros ecosistemas.
Proteger las abejas permite la producción de semillas y frutos determinantes para la supervivencia. A nivel urbano, las abejas muchas veces son consideradas una amenaza para las comunidades humanas; en contraste, es sintomático que la presencia de abejas en cualquier ecosistema sea una prueba de la interacción entre especies en búsqueda de mejores condiciones de vida, dado su papel en la polinización para conservar la biodiversidad.
Entonces cuando se tope con una abeja, no la espante. Tenga en cuenta que está observando una de las principales fuentes de equilibrio y afirmación de la vida en la naturaleza.