Por: Andrés Molano.
El inicio de la fiesta más dulce de Colombia fue interesante. Sobre todo, la comunión de las reinas con la ciudadanía. El evento fue hondo, alegre y el desfile puro, diáfano, cálido. De pronto, por ahí, un salto a la pasarela, una niña pide fotografiarse con la Reina Nacional de la Panela 2017, María Camila Hernández. En general, todo es fiesta, nada está apagado. El olor a la cerveza refresca la memoria. La embriaguez no llega. La entrega de las llaves como huéspedes de honor es un evento serio, de esos que emocionan, para aspirantes dispuestas a jugarse su prestigio por la corona. Y las señoritas estuvieron a la altura.
Las reinas debutaron en la pasarela principal, sus vestidos de color blanco moldearon sus siluetas. Algunas tienen experiencia en esta lid, al menos se prepararon. Varias ondeaban sus vestidos con poder; su paso firme se sumó a la armonía de sus telas ligeras, cortados al bies, creando un movimiento hermoso, permitiendo algo de elegancia, sencillez y simplicidad.
Y vino una alegría especial cuando empezaron a caminar. Los asistentes vieron a las señoritas a media altura; se escucharon las cornetas y los vítores por cada una. Hubo coraje y valor, no titubearon ante la presión. No faltó quien mirara el muslo de la pierna izquierda de una de las candidatas, para la admiración de su belleza, no cabe duda. Pero ellas saben que pasará, hombres y mujeres comentarán, pero la indiferencia fue la estocada final ante algunas palabras corrosivas. Saludaron al palco y al público. Su respeto fue angelical.
La lista de los departamentos representados son: Antioquia, Atlántico, Bolívar, Boyacá, Caquetá, Casanare, Córdoba, Cauca, Choco, Cundinamarca, Guajira, Huila, Magdalena, Meta, Nariño, Norte de Santander, Quindío, San Andrés, Santander, Tolima, Sucre, Valle, la ciudad de Bogotá y la representante anfitriona del municipio de Villeta.
El día empezó fuerte, como la arremetida de una leona sobre su presa. Visitaron el barrio Arena del Río. Obsequiaron mercados y desfilaron para sus habitantes. Fue tal su trabajo, que terminaron exhaustas. Están jóvenes, pero la temperatura fue bochornosa. Los aplausos de esta visita son más gratos, honestos y tiernos. La relación de todos los asistentes son de esas que erizan la piel. Hubo fotos para el registro de la Alcaldía, también para el registro personal. Cada paseo por la improvisada pasarela era un clamor; ellas firmes y sonrientes. No se llevaron una corona, pero sí fascinaron a propios y extraños.
Pregón de Fiestas por las principales vías de la ciudad. Después, la noche de fantasía en el parque La Molienda. No hubo descanso. El sábado en vestido de baño y al final del día, la ceremonia de coronación. Los artistas decoran la fiesta y la rumba no da espera, habrá francachela, comilona y limonada con panela.
