La Secretaría de Ambiente de Cundinamarca se encuentra desarrollando un proyecto denominado ‘Abejas con la Conservación’, el cual se está implementando en varias zonas del departamento.
Nidia Riaño, titular de esta cartera departamental, manifestó que el plan se está activando con el fin de fomentar el cuidado y conservación de áreas de interés hídrico de Cundinamarca. Dichas acciones se están desarrollando como pilotos en las áreas municipales de Villapinzón, Zipaquirá y Gutiérrez.
La importancia de este proyecto es que el trabajo se está haciendo de la mano de un socio muy curioso e importante: las abejas. Ellas, como la principal especie animal encargada de la polinización de la flora y la vegetación, son fundamentales para ejercer este importante proceso en zonas en las que las especies botánicas están en decadencia precisamente por la falta de estos útiles insectos con su benéfica influencia.
“Hoy estamos trabajando en el páramo de Guacheneque con la Asociación de Apicultores de Villapinzón; en el municipio de Zipaquirá, específicamente en el páramo de Guerrero, también estamos trabajando este proyecto; y en Gutiérrez se está haciendo la intervención en el páramo de Sumapaz. En cada municipio se les están suministrando a los apicultores 40 colmenas con todo el material biológico y técnico que necesiten”, comentó la secretaria departamental de Medio Ambiente.

En total se están desarrollando 120 colmenas en Cundinamarca. Se espera que los campesinos encargados de las abejas puedan desarrollar ‘negocios verdes’, es decir, emprendimientos económicos que dependan de la buena gestión de las colmenas con la producción de miel, propoleo, jalea real, polen y demás derivados del trabajo de estos insectos.
La otra gran ventaja que ofrecen las abejas es la conservación del medio ambiente. Por ese motivo es que se está trabajando con colmenas en zonas de páramos, pues son áreas que han sufrido la intervención negativa del hombre y para recuperarse necesitan del trabajo de polinización que hacen las abejas.
Adicionalmente, Riaño explicó que la miel producida en las zonas de páramos tiene propiedades organolépticas que la pueden hacer muy apetecida en el mercado nacional y en el extranjero. Por eso se busca obtener el certificado de origen para las mieles de páramo con su correspondiente ecoetiqueta.
Finalmente, Cundinamarca tiene en la mira fortalecer las estrategias para la protección de los recursos hídricos. Se han comprado 700 predios para ampliar en más de 45 hectáreas las zonas de restauración con la apicultura sostenible.